miércoles, 30 de noviembre de 2011

Luis Felipe Brandy Gran Reserva calidad contra el frio.




Se dice que podemos disfrutar de este brandy gracias al milagro de Luis Felipe. En 1983 en un rincón de una bodega de La Palma del Condado aparecen unas barricas de roble anciano y muy noble en cuyo interior se halló brandy envejecido con una notable densidad de color y aromas además de su suave abocamiento favorecido por el transcurso del tiempo.
El enólogo que lo descubrió dijo que jamás había probado algo parecido, ya que sus excepcionales cualidades lo distinguían de todo lo conocido entonces, ya fuera elaborado en Francia o Jerez.
Su nombre se debe a que aquellas barricas estaban marcadas con el nombre de Luis Felipe, por estar reservadas para Don Antonio de Orléans, Duque de Montpensier e hijo del Rey de Francia Luis Felipe I, que residió en Sevilla.
Este Brandy de reconocido prestigio aunque se presente en una botella borgoñesa, no tiene nada que envidiarle a los franceses de Cognac, siendo su procedencia del Condado de Huelva, a las puertas de Doñana, tierra viticultora.
Es muy apreciado por su sabor suave, abocado sin exceso al paladar, el color es oscuro intenso y un aroma agradable que lo hace inigualable.
Su producción anual es muy limitada, 10.000 botellas numeradas, debido a la crianza artesanal que le ha permitido conservar su excelencia.
Envejece mediante el tradicional proceso de “soleras” y “criaderas” en botas de roble americano dispuestas en “cachones” o “andanas”, unas sobre otras.
De las botas más próximas al suelo, “soleras”, se extrae el brandy más viejo en pequeñas cantidades, sin vaciarlas del todo. El contenido sacado se repone con las “criaderas”, las del nivel superior, que contienen brandy más joven.
Y así es como se hace uno de los mejores brandys del mundo. Ahora a disfrutarlo junto una chimenea y buena compañía.