Hace ya varios años que estuve en Paris para ver la
última jornada del torneo 6 naciones de rugby entre Francia e Inglaterra y
conocer un poco de la cultura francesa.
Uno de mis amigos, francés él, me dijo que no podíamos irnos
de Francia sin disfrutar de una copa de Pastis, así que en una de nuestros
paseos entre en una pequeña licorería y compre una botella de Ricard 45 Pastis
de Marsella.
Antes de seguir expliquemos que es el Pastis para el que
no lo sepa, es un anís típico de Francia cuyo contenido alcohólico ronda los
40-45%, en nuestro caso 45. El Pastis se bebe diluido, en una proporción
estándar de cinco volúmenes de agua por uno de pastís, lo cual disminuye la
gradación alcohólica de la bebida a un 7% aproximadamente. El color ámbar
transparente de la bebida, al mezclarse con agua, pasa a ser amarillento y
lechoso. Esta bebida se consume fría, muchas veces con hielo.
En el caso de Ricard 45 Pastis de Marsella, el sabor del
anís se matiza por la redondez del regaliz y se acompaña ala final de una gran
finura aromática en notas florales, frutadas y picantes.
Retomando la historia diré que la botella no llegó a
España es más no vio un nuevo amanecer, conforme llego al hotel nos quedamos
hablando y me dio por sacar la botella, rápidamente bajamos a comprar agua y
empezamos a mezclar y beber. El sabor dulce y el frescor del agua hace que no
te des cuenta de lo que bebes pero el resto de habitaciones del pasillo si, no
fueron pocos los vecinos que vinieron a pedir que exaltásemos nuestra amistad
más bajito.
A la mañana siguiente no hubo rastro de la tan temida
resaca, en parte debido a la gran proporción de agua que tomamos aquella noche.
Así que no puedo más que decir que guardo un dulce recuerdo de aquel viaje a
Francia.
Por cierto beber con moderación es tu responsabilidad.