martes, 6 de mayo de 2014

Manhattan, fuerza y sencillez.

El Manhattan es para mi uno de esos cócteles básicos que aunque lo hagas mal sale bien, otra cuestión es si estás preparado para su fuerza.



Lo ideal es prepararlo en vaso mezclador y con mucha paciencia, sin que se nos agüe y dandole todo los mimos del mundo, ¿Pero qué es lo que pasa cuando nuestro público no está acostumbrado a tomarlo? ¿ Qué pasa cuando nuestro cliente esta descubriendo la coctelería? Pues es muy sencillo que les resulta muy fuerte, por ese motivo me alejo de métodos ortodoxos y procuro suavizarlo un poco, sin que el cóctel pierda su esencia.

Para prepararlo en la playa, y generalmente en verano, procuro refrescarlo un poco, por ello lo preparo en coctelera con abundante hielo donde añadiremos el whisky, el vermut rojo y el bitter aromático de Angostura y le daremos un fuerte shake para romper hielos, consiguiendo que se enfríe y que se le aporte un poco de agua para suavizar, luego lo serviremos en una copa cóctel helada.
para decorarlo usaremos una guinda y si podemos un twist de naranja con el que aromatizaremos un poco la copa.

El whisky si no podemos disponer de un Rye Whiskey como Canadian Club podemos usar un bourbon y para el vermut rojo lo más normal es que nos decantemos por el de Martini.

Por lo general las críticas son buenas, aunque también aviso al cliente de como lo voy a preparar y algunos sabiendo lo que piden prefieren el método más ortodoxo de la I.B.A.

¿Cómo lo prefieres tú?